Viaje: Un sitio al que volver

En la vida tenemos una casa. Donde nacimos, donde nos criamos, donde está nuestra familia...  Y luego están esos lugares que te acogen y qu...

En la vida tenemos una casa. Donde nacimos, donde nos criamos, donde está nuestra familia... Y luego están esos lugares que te acogen y que forman parte de ti. 

Yo tengo mi casa y tengo Sevilla, a la que echo de menos cuando paso un tiempo sin estar allí. Porque aunque sea un horno que te cocina a 1000 ºC y cuando paseas por allí sientas que la piel se te derrite poco a poco, a mi me encanta. Sus calles, su alegría, la vitalidad que se respira y lo bonita que es.

Así que he vuelto porque ahí tengo cosas muy importantes, tengo amigos, tengo recuerdos, tengo lugares especiales y tengo una historia, la mía, porque en Sevilla he encontrado cosas nuevas sobre mí.

El viernes salimos a comer por ahí y como me he llevado casi toda mi ropa de verano al pueblo, no tenía mucho que ponerme así que tuve que ser ingeniosa. Y ya que en la ciudad no pasa nada si decides innovar le hice algunos cambios a un vestido, aquí está el resultado, puede que guste o que no, que parezca que me disfracé o que sea algo normal. No lo sé. Pero lo cómoda y lo a gusto que iba yo es lo que cuenta. 

Me recodó el resultado a la colección de Valentino para este invierno, con vestidos inspirados en el ballet.



Ya hablé hace un par de post sobre la tendencia de este verano con respecto a las bailarinas, porque si lo dice Zara es palabra de Dios. Y estoy contenta porque algunas prendas son muy favorecedoras, sobre todo el corte en la cintura marcándola, que a las bajitas nos viene genial porque hace las piernas más largas. Además de que son prendas muy románticas a las que se les puede dar un toque oscuro (que sinceramente me encanta) por lo que toca dejar volar la imaginación. Yo ya os digo que este invierno nos vamos a llenar de faldas vaporosas y por encima de todo de bailarinas con lazadas.



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