Evento: Vogue Fashion Night Out

¿Sabes ese sentimiento de felicidad imparable, ese cosquilleo, esa sensación de que estás viviendo algo que no es real, como si fueras un e...

¿Sabes ese sentimiento de felicidad imparable, ese cosquilleo, esa sensación de que estás viviendo algo que no es real, como si fueras un espectador de ti mismo? Algo así sentí yo el jueves por la noche.

El jueves día 15 de septiembre de 2016 es una fecha que no voy a olvidar. Esa era la noche de la Vogue Fashion Night Out. No sé si sabréis, los que me conocéis bien sí, lo mucho que amo la revista Vogue, la compro todos los meses y leo su web cada día. De hecho en un futuro me encantaría poder trabajar para ellos (todos soñamos), porque me apasiona la moda desde siempre, pero mucho más desde que comencé a leerla. Así que imaginaos la envidia que sentía cada año cuando leía cosas sobre el evento, yo quería estar ahí y formar parte de él. Y bueno este año se ha hecho realidad. Podría intentar transmitir lo que sentí, aunque ni yo misma lo sé. Estaba emocionada hasta el punto de que era como si no estuviese ocurriendo de verdad, quería tomármelo con calma porque no quería decepcionarme y al mismo tiempo estaba ansiosa por hacer todo y estar en todas partes y no perderme nada.


Bueno voy por partes. Mi jueves comenzó a las 8 de la mañana en Sevilla, con un viaje de seis horas por delante (toma paliza). Llegamos a Madrid para comer a la carrera porque teníamos que entrar en el Airbnb que habíamos cogido y encontrar aparcamiento como que es imposible. Luego quedamos con los amigos y la familia que vive por allí. Visitas que me encanta hacer y que me hicieron recargar las pilas para la noche. Luego volvimos a arreglarnos rápido, rápido porque empezaba a las ocho...

Este es el punto donde debería ponerme seria. Si hubo algo que no me gusto y me molestó es la cantidad de gente que había en el evento por el simple hecho de emborracharse gratis, es muy lícito y todos somos amigos de lo gratis. Pero no sé, me dio la sensación de que tapaba un poco el verdadero fin de aquello, que era la moda y la celebración de esta. Todos se agolpaban en las tiendas donde daban bebidas o comida. Increíble. Sinceramente no voy a pelearme por conseguir una cerveza gratis. Ni si quiera creo que ese sea el propósito del evento. Sí que estaba todo animadísimo y había música por la calle y todo era muy divertido. De hecho yo me lo pasé genial. Y claro es mejor pasear por un Madrid helado con una copa en la mano y ver tiendas mientras picoteas algo, hasta ahí todo bien. Pero lo que no me gustó es que algunas personas que estaban allí solo por el hecho de la fiesta, encima criticasen la ropa y los conjuntos que exhibían en algunas tiendas, con comentarios como: "¿eso se lleva?", "que feo es de cateto", "¿quién se pone eso?"... Vale que no a todos tiene que gustarle todo, a mí tampoco me gustan todas las tendencias que veo, pero puedo respetarlas, y más si voy a una fiesta que va de eso. Es como si voy a una convención de coches sin tener ni idea para que me inviten a copas y encima voy criticando las cosas que exponen. O a lo mejor soy yo que me lo tome muy a pecho, pero es mi opinión.

Dejando eso de lado: ¡Qué noche! Estuve de compras, bailé, bebí, me hice mil fotos, me perdí buscando Casa Vogue, morí de frío, me enamoré del nuevo Chanel Nº5 que huele de maravilla, me hicieron un tatuaje de un frasquito en el stand de El Corte Inglés. Conseguí un globo con el logo de Vogue. Volví a bailar. Vi ropa increíblemente bonita. Y gané un Huawei P9 rosa. De locos. Todo fue de casualidad, vi que estaban haciendo fotos para algo, me puse en la cola, me tomaron los datos y luego me mandaron a hacerme una para subirla a Instagram con la posibilidad de que me tocase. Luego nos fuimos a bailar al Corte Inglés donde había DJs y estaba pasándomelo genial, y se me olvidó el concurso y todo, porque no pensaba que me fuese a tocar a mí, Y a las doce, como la cenicienta se acabó el baile y sonó mi móvil. Doy gracias por haberlo cogido porque casi nunca cojo los número que no tengo y tachán... No sé ni la cara que puse, solo sé que no paraba de sonreír y que la voz me salía más aguda de lo normal y que iba a estallar de contenta porque había sido una noche redonda.

No tengo suficientes palabras de agradecimiento para todos lo que hicieron que mi noche fuese tan mágica, por supuesto para Fran porque me llevó hasta allí y porque no sé cómo siempre acepta mis ideas locas. Y para la Vogue por organizarlo y para Huawei por regalarme un móvil chulísimo que hace unas fotos geniales. No sé para mí significa tanto leer los artículos de la VFNO y saber que yo estuve allí y que por una noche estuve tan cerca de ellos. Palabras de FAN.

Espero poder volver el año que viene. Esta moderna (de pueblo) se despide con un broche final al verano perfecto. Os dejo con algunas fotos del viaje y la VFNO.











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