Viaje: Mi viaje sorpresa

Como ya os adelanté en el último post , el fin de semana pasado Fran me llevaba de viaje a un lugar sorpresa. Fuí todo el camino con los ojo...

Como ya os adelanté en el último post, el fin de semana pasado Fran me llevaba de viaje a un lugar sorpresa. Fuí todo el camino con los ojos tapados y los auriculares puestos para no ver ni oír nada y finalmente cuando llegamos fue el parkímetro el que me chivó dónde estábamos: ¡Granada!


Me lo he pasado súper bien, hemos comido un montón, hemos andado mucho y sobre todo, hemos visto una ciudad preciosa. Además pude a ver mi Albica querida que desde que estuve en Adra el verano pasado no la veía, así que todo salió redondo. De hecho fue tan bien que hasta encontramos entradas para la Alhambra a última hora y eso que hay que reservarlas casi con un mes de antelación.

El primer día paseamos por un parque precioso en el que parecías estar en pleno bosque, una pasada. Subimos hasta el palacete Carmen de los Mártires cerca de la Alhambra, que es privado, pero te dejaban entrar a ver los jardines. Había un montón de niños haciéndose fotos para las comuniones allí con los patos y bueno yo también me hice claro. ¿Os he contado alguna vez lo mucho que me gustan los patos? En general me encantan los animales que andan de forma graciosa y los patos mueven la cola y me divierte muchísimo. Luego, una vez que lo habíamos recorrido y visto todo bajamos otra vez a cenar unas tapas, que es lo que toca estando allí.





El segundo día fue caminar, caminar y más caminar, vimos el barrio del Albaycín, que es precioso, de verdad tiene unas vistas increíbles, pasear por allí fue estupendo. Subimos la cuesta del Chapiz que me recordó a algunas de las memorables cuestas de mi pueblo... Visitamos un archivo que estaba abierto junto con una excursión de colegio y luego entramos en la Casa del Chapiz que tiene un jardín precioso con vistas a la Alhambra. Por la tarde, fuimos a merendar a Los 4 Gatos, una cafetería donde ponen unas tostadas increíblemente buenas y grandes, que está de camino al mirador de San Nicolás al que fuimos a ver la puesta de sol sobre la Alhambra. Tengo que decir que si queréis ir vayáis con tiempo y con paciencia porque estaba llenísimo, por suerte encontramos sitio.




El tercer día nos levantamos a las 7:00 para ir a ver la Alhambra, cuando nosotros salimos la gente se recogía de fiesta, disfrutamos toda la mañana de aquél asombroso monumento que tenemos la suerte de tener tan cerca y que nunca había visto. Ahora eso sí, que frío pasé, era tan temprano que el sol ni calentaba todavía. Nos lo pasamos genial recorriéndola y escuchando a los guías japoneses e intentando entender que decían.




Por la tarde fuimos con mi Albica a tomar algo, ese algo fue el batido más súper gigante que he visto nunca, tenía de todas las guarrerías (en el buen sentido) que se le pueden echar, galleta, helado, cereales, huesitos... ¡Y hasta un donut! Vamos que nuestro reencuentro fue para hartarnos de comer, porque eso fue lo que hicimos desde que nos vimos, comer, pasear un poco y comer, bueno y tomarnos unos cuantos chupitos que hacia frío y había que ir calentitos a casa.

Y eso es todo, que no es poco. Ya estamos deseando volver, a Fran sobre todo le gustó la comida, pero eso tendrá que esperar que ahora vienen los exámenes y otros proyectos nuevos. Ahora solo me queda darle las gracias a él por ser mi compañero de aventuras y a mi Albi porque echaba de menos a mi antigua compi y amiga. Gracias por hacerlo tan genial y por los recuerdos tan divertidos que me llevo. Esta moderna (de pueblo) se despide una semana más.


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