Música: 9 canciones para crecer

  Después de unos meses sin escribir ninguna reseña ni artículo sobre música quiero alejarme un poco de todo el contenido ensayístico qu...



 Después de unos meses sin escribir ninguna reseña ni artículo sobre música quiero alejarme un poco de todo el contenido ensayístico que he estado publicando (hasta ahora) y hacer una breve pausa para recomendar algunos temas que a mí, personalmente, me han hecho crecer y... bueno, me han ayudado en cierta medida.



No quiero centrarme en el contenido literario ni melódico, concretamente quiero acercarme más a la subjetividad con la que todos, sin excepción, consumimos el arte.
Podría dármelas de científico (aunque me cueste) y volver a caer en la tentación de mi siempre pretensión objetiva con la que intento ahogar todas mis columnas; ya sabemos los beneficios que la música nos aportan a nivel psicomotriz y lingüístico (pues tiene un componente que impulsa el potencial intelectual desde la infancia), que han sido constatados en cantidad de estudios como el “Short-Term Music Training Enhances Verbal Intelligence and Executive Function”, publicado en 2011, y no es algo en lo que me quiera centrar.

Así pues, os dejo 9 canciones que, de alguna forma, me han perseguido a lo largo de mi vida o han estado sonando cuando las cosas no me funcionaban muy bien. ¡Allá vamos!

1.-"Los jardines de Marzo", de La Bien Querida.

“De rodillas cada noche rezo
Sin Dios,
sin fe,
sin cruz
Mi cuaresma, mi locura, mi príncipe que encanta
Mi canto de sirena.”

Este tema, perteneciente al álbum Fuego de la artista bilbaina Ana Fernández (aka La Bien Querida), lo escucho prácticamente desde que lo dieron a luz y lo he vuelto a oír después de mucho tiempo como soundtrack de la BSO de Paquita Salas (gracias a los Javis de paso por dar cabida a artistas que intentan sobrevivir en la industria desgarradora del siglo XXI).
La voz de Ana, sumado a la decadencia emocional tan sumamente rosa que nos escupe la letra, me hace flotar de una forma extraordinaria. Toda su discografía y su versión con Amaia Romero son oro puro para esos viajes mirando por la ventanilla en los que (sin ser nada de eso yo) te sientes la actriz más desgraciada del cine francés.


2.-"Order from Chaos", de Max Cooper.

Max Cooper es un productor musical irlandés es, para mí, el Wagner de la electrónica, y este tema en concreto todo un viaje de crecimiento tanto personal como (incluso) auditivo.
Perteneciente al álbum Emergence, publicado en 2016, te construye una melodía basada en un ruido arrítmico pero incandescente y llega a su máximo esplendor melódico a partir del primer minuto de canción. El videoclip, además, es toda una odisea microscópica.

3.- "I hope you die", de Molly Nilsson.

“I hope you die by my side
The two of us at the exact same time
I hope we die not long from now
The two of us at the exact same time.”

Molly Nilsson es (además de la mujer más guapa del universo) una cantautora y teclista sueca orientada al synth pop y al bedroom pop. Esta canción en concreto es todo un homenaje a “There is a light that never goes out” de The Smiths donde resucita la tragedia romántica del grupo. Su actitud oscura y triste en el escenario me deja embobado.

4.- "Celesta", de Ours Samplus.

Pertenece al Tour De Manège compartiendo sitio con Over (otro tema increíble). Celesta es para mí lo que el delineador de labios para Lydia Lozano, si necesitas inspiración: Celesta; si necesitas espacio: Celesta; si necesitas un balazo en la frente: ¡Celesta también!.

5.- "Piensa en mí", de Chavela Vargas.

“Piensa en mí­ 
Cuando beses, 
Cuando llores 
También piensa en mí­.”

Chavela Vargas es una de mis artistas favoritas, retrato de la sinceridad más pura y afiliada al Club de amores no correspondidos.
Parece que estoy haciendo una playlist de música ambiente y relaciones tóxicas y de hecho no me disgustaría, pero esta canción tenía que estar aquí.
La primera vez que la escuché fue en un lip sync de la gran Marisa Paredes en Tacones Lejanos, largometraje de Almodóvar, en la que, una madre egoísta canta a su hija presidiaria e inocente... pero eso es harina de otro costal.

6.- "Soy Bichote", de Yung Beef.

Poco hay que decir sobre este tema y sobre Perreo de la muerte II, pero escuchar a Yung Beef cantándote que él es jamón de york es algo que se debería dar en los colegios. 

7.- "We Have Candy", de Die Antwoord.

“I like rats and coffee and weed and sing...”

Críticas aparte, Die Antwoord es la mejor droga legal que vas a encontrar en Spotify. Me apasionan sus juegos de voces, sus videoclips y sus coqueteos con la miseria y la infancia.
We have candy me revolucionó mi cabeza hace algún tiempo y debería estar aquí.

8.- "Talk to me", de Buika.

“Yo no tengo remedio pa'noches que no acaban
Ya no me quedan fuerzas pa'esperar la luz del alba.”

Concha Buika es un ángel y sus álbumes son el Edén más flamenco que puedes encontrar. Talk to me no es ni de lejos su canción más folclórica pero sí que me dotó de una sensibilidad de la que jamás pude huir. Talk to me se queda a vivir contigo y va a sonar en los peores momentos.

9.- "Punto de partida", de Rocio Jurado.

Rocio Jurado es, sin duda, la artista española que más se ha escuchado en mi casa y que más me ha influido. Su pesar y su coraje simultáneos en el escenario son una personificación de nuestra vaga existencia y ella, un modelo de diva. Los giros del tema son, más que originales, icónicos.


Artículo escrito por Keita Darek 

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