Opinión: 6 cortometrajes contemporáneos para abrir tu Chakra Manipura (o tu ojo artístico si eres escéptico)
sábado, octubre 03, 2020Hace mucho tiempo que quería escribir sobre mi espiritualidad y recomendar cortometrajes, pero no ha sido hasta hoy cuando he caído en que, de alguna forma, podía relacionarlo todo.
Según
algunas vertientes del pensamiento oriental, contamos con siete círculos
energéticos que se extienden a lo largo de nuestro cuerpo energético o aura y
actúan de puertas y agentes de regulación de nuestra energía, abarcando así e
influyéndonos en todos nuestros aspectos como seres vivientes (nuestro campo
etérico, emocional, intelectual y espiritual).
Todos
ellos, siete concretamente, mantienen una función o especialidad en nuestro ser
y rigen unas pautas de cuidado o activación.
El
tercero de ellos, Manipura, se ubica en el plexo solar y está vinculado al
color amarillo, relacionándose así con nuestro poder personal y nuestra
capacidad de acción y de enfrentamiento a los riesgos.
Pero
¿qué tiene que ver todo este rollo hindú con los cortometrajes que voy a
recomendar?
Pues
bien, este es considerado el chakra de los artistas, el encargado de la
expresión de impulsos y sentimientos en cualquier ámbito del arte. Así, y
siguiendo con el principio, se recogen una serie de terapias para la activación
de este que, a mí, me sabe a poco.
Baños
de luz solar, meditación, cromoterapia, aromaterapia, etc. Muy bien, dentro de
estos intentos de encontrar nuestro propio fuego que nos inspire y nos cree y/o
acelere nuestra evolución como creadores y mentes artísticas se encuentra el
consumo de arte.
Para
mí, los cortometrajes son el mejor “género” cinematográfico y el más
abandonado. Ideas e historias breves sin necesidad de alargamientos
innecesarios ni desviación del pretexto inicial.
Por
ejemplo, la soledad de una madre; un cortometraje te lo escupe, un largometraje
lo mastica por su cuenta y luego te lo vomita.
Con
los cortos no necesitas hacer palomitas, ni te entra sueño, ni te hace perder
una gran cantidad de tiempo.
Te
plantea un tema, te expone un dilema o te describe una situación y el trabajo
de reflexión reside en ti, no en la propia obra.
Federico
Fellini comparaba el vino con las películas, como un instante de placer que
nace y renace en cada espectador de una manera distinta, y, creo, que ese
símil, encajaría mejor con los cortos.
Habiendo
(mal)usado un poco el concepto de chakra para adentraros en mi visión sobre
donde irradia nuestro ojo artístico, os dejo con 6 de los variados
cortometrajes que me han ayudado a evolucionar como persona y a entender y
juzgar verdaderamente el arte.
1.-
Julia de Castro, De la Puríssima: Anatomía de una criminal (2015), de
Javier Giner.
Este
falso documental performático nos muestra a la cupletista y actriz Julia de
Castro en su búsqueda por las calles de Barcelona del verdadero comprador de su
cuadro, donde la retratan desnuda y con un traje de luces. Una verdadera obra
en movimiento y de cierto aire punkarra que nos hace reflexionar sobre los
límites de lo artístico, el sucio mundo del arte y la propia valentía del
artista. Tauromaquia, coplas, contenedores de basura y una mujer corriendo
desnuda por La Rambla es todo lo que nos ofrece el cineasta Javier Giner, que
no es poco.
2.-
La hora del baño (2014), de Eduardo Casanova.
Ya
todos conocemos los registros y los recursos madre del genial Casanova, los
cuales se han visto expuestos a lo largo de toda su obra cinematográfica,
literaria y fotográfica.
La
hora del baño es una síntesis perfecta entre el gore y el melodrama, maquillado
de color rosa y encerrado en una habitación.
Una
pareja acaba de tener un hijo que odian, los dos se encuentran al borde del
suicidio y se aferran tontamente a salvar su relación por encima de cualquier
cosa, incluso de ese monstruo fruto del “amor” de ellos.
Asquerosa,
gráfica y sumamente escalofriante (como toda la obra de Eduardo), nos vomita un
cuadernito de pegatinas con purpurina mientras se ríe del espectador, nos
empuja a cuestionarnos la maternidad como algo bello y a lo estético como algo
rosa.
Si
después de verlo te apetece más, puedes encontrar todos sus trabajos breves y
su largometraje “Pieles”, obra culmen del artista, en Youtube y Filmin.
3.-Cerdita
(2018), de Carlota Pereda.
Ganador
del Goya al mejor cortometraje de ficción, Pereda nos transporta a un entorno
árido y onírico donde una chica gorda intenta bañarse en una piscina sucia a
las afueras de un pueblo.
A
lo largo de este se expone a la mirada penetrante de un desconocido y a los
chistes, burlas y torturas de unas chicas del lugar, entre ellas, su amiga de
la infancia.
Un
vago retrato del bullying que te hará arrastrarte por el sofá y te hará
sentir incómodo como nunca antes, especialmente con el final “feliz” que
descansa en el minuto 14.
4.-
Litoral (2019), de Juanjo Rueda.
Después
de tanta angustia os traigo algo de nostalgia de la mano de un director novel.
Un breve documental sobre la historia de un matrimonio, una familia y un pueblo
que reside solo en el recuerdo de la abuela y en las fotos que poco a poco
aparecen y forman un collage sobre el propio plano y acción de esta, ahora
tímida y congelada en destellos analógicos.
5.-
Estigma (2018), de David Velduque.
David
Velduque nos narra, de la forma más agresiva, la breve historia de una de las
noches de Alex, en la que invita a un chico a su casa.
Situaciones
incómodas que rozan lo terrorífico, un bicho gigante y sucio que emana del
cuerpo del protagonista y una sensación de sobreexposición constante nos
empujan a la agonía de este y al tema de la obra, la serofobia.
6.-
La última virgen (2017), de Bárbara Farré.
Siempre
que veo películas que retraten la adolescencia y las virtudes y las desgracias
de ésta suelo acabar muy insatisfecho. En todas impera una visión paternalista,
una crítica vacía y una desvinculación total de la verdadera adolescencia.
En
cambio, La última virgen nos muestra la historia de Sara, una chica de
14 años que se ve obligada a madurar prematuramente por un círculo enfermo que
abarca desde sus amigas hasta los adultos, pasando por las redes sociales.
Badgyal,
Dellafuente, sexo forzado, tutoriales de mamadas, crop tops del Bershka y
cigarrillos de contrabando son los elementos que diferencian esta obra maestra
del resto de intentos de crítica a los jóvenes.
Artículo escrito por Keita Darek.
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